¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Davidsoler escriba una noticia?
Hace unas semanas se produjo un hecho interesante en la red. No por novedoso, porque ocurre a menudo, sino porque es de aquellos por los que me gusta la red, en lo bueno y en lo malo. Porque esta historia, como muchas que ocurren en la red y en el marketing por internet, especialmente el de medios sociales, tiene lectura positiva y negativa.
No voy a dar una lección de como gestionar la reputación online ni a describir un plan de comunicación o de crisis ni a dar cuatro tips sobre protocolos, ni a explicar exhaustivamente que pasó para que no cometáis los mismos errores. Muchos han escrito sobre el tema, lo han explicado al detalle e incluso han dado la contrarréplica a la empresa. Solo quiero dar una visión que ayude a reflexionar y se aleje del discurso del miedo que es el que impera (a veces de modo interesado).
Cómo se desarrolla la crisis de reputaciónUno de los dos socios de la librería La Central, con tiendas en Madrid y Barcelona y más de 100 empleados, concedió una entrevista en JotDown , muy interesante y muy "progre" (permitidme usar esta palabra y su significado, cosa que no me gusta, porque creo que ayuda a entender el resto de lo que ocurrió) todo hay que decirlo. Lo mejor del post/entrevista son los comentarios, que en un numero superior a 340 dejan, mayoritariamente, a la altura del betún la gestión que de las personas se hace en esa empresa.
Entre los primeros comentarios hay bastantes de ex empleados, o amigos o familiares de estos, quejándose y denunciando sus condiciones laborales: trabajan más horas de las que legalmente tocan, tienen bajos salarios, no se les pagan las horas extra ni se les reconoce el trabajo y, mayoritariamente, el trato al empleado es poco humano. Luego, y a partir de ahí, la cosa se abre en varios frentes:
Nada nuevo bajo el sol, lo clásico en Internet cuando se rebasa cierto número de comentarios y cuando el tema se "calienta". Pero lo sorprendente es que no hay ni un solo comentario a favor de la gestión de los propietarios de la empresa o que, por lo menos, desmienta categóricamente lo que dicen los acusadores. Nadie que diga "esto es mentira". O sea, hay que asumir que parte de razón debe haber. Y la empresa, que respondió, obviamente, solo da una respuesta legalista, fría y formal. Después de la que se lió era para hacer algo más, creo yo.
Pero como veis, hay de todo. Una ensalada importante.
El impacto real de las crisis de reputaciónEste caso demuestra lo que pasa cada día en la red y que le puede pasar a cualquier empresa. Y es un buen ejemplo de como se generan y como interactúa el consumidor con ellas. O como la gente las potencian. Hace unos años esta que nos ocupa es muy probable que no hubiera llegado muy lejos o no hubiera salido de círculos sectoriales. Otra cosa es el impacto real en el negocio.
Como decía Bernat Ruiz en su excelente artículo sobre el asunto las grandes empresas ya tienen descontada las crisis, y la mala reputación que éstas conllevan, en sus balances. Se aplican aquello, que además es completamente cierto, de que no se puede contentar a todo el mundo y que siempre hay alguien descontento. O dicho de otro modo: el coste de tratar de dar un servicio excepcional es tan alto que es difícil de amortizar y tampoco se tiene claro si tendrá retorno positivo a medio o a largo plazo. El ejemplo más claro lo tenemos en los continúas idas y venidas de usuarios que se producen entre las teleoperadoras.
Otro ejemplo es el que le escuché hace unas semanas a Victor Moliner, compañero en EADA, en el marco de un DDayEADA cuando hablaba de los conocidísimos casos de United Airlines y la guitarra del cantante de country o el de KitKat, el aceite de palma y los orangutanes y mostraba como las acciones en bolsa de ambas empresas ni siquiera habían notado el efecto. Y las ventas tampoco. Probablemente el efecto sí podría darse en los clientes futuros o en los que estaban dudando entre consumir un producto u otro, pero no es tan fácil modificar los hábitos de consumo de los clientes actuales (y con eso coinciden algunos comentarios del post de La Central, aquellos que dudan de la veracidad de las críticas).
Y el último ¿cuantos comentarios negativos leéis en Trip Advisor o en Foursquare sobre restaurantes que luego llenan todos los días? Hace unos meses una amiga de Facebook estuvo "haciendo campaña" sobre un restaurante en el que se daba este (paradójico) caso.
La memoria de los consumidores es corta. Y tanta información, infoxicación mediante, con tantas cosas que pasan cada día es normal que la gente se acabe olvidando de la mala reputación generada por un episodio concreto.
¿Significa esto que hay que pasar de todo y no preocuparse en exceso (dimensionando la expresión "exceso") de la atención al cliente ni de las crisis de reputación? No, por supuesto que no. Significa que hay que contextualizarlo todo y hacer el máximo que tus recursos te permitan pero que también hay situaciones que uno puede prever y, por lo tanto, evitar.
Que aprendemos de esta crisis de reputación y cómo debemos actuarAhí van algunas de las lecciones que yo aprendo de este caso y de otros que he visto durante estos últimos años. Es mi opinión, seguro que alguien que se dedica 100% a reputación online puede rebatirme alguna y así entro yo en mi propia crisis de reputación online (¡y en mi sitio!).
Pero sobre todo, lo más importante, una vez pasada la crisis, aprende de ella y CAMBIA. Haz los cambios necesarios para que tu reputación sea buena. Las crisis son como las muelas que hay que extraer: los antibióticos te calman el dolor y hasta lo eliminan pero si no extraes la muela, el dolor vuelve. Como dice la foto que ilustra este post: Tu (buena) reputación se demuestra con lo que haces no con lo que vas a hacer o dices que harás.
¡Que tengáis una feliz semana!
e>