La celebración se está imponiendo en mi barrio. Los aullidos de Halloween están suplantando el clamor de la política. Incluso estéticamente es un cambio bienvenido, los colores otoñales de la cosecha se sientan más fácilmente en el paisaje incluso aquí en Florida, donde el cambio del paisaje es más sutil que en muchos lugares. Lo más maravilloso es que todos disfrutan de la creación. No todos convertimos nuestros patios delanteros en horrores cómicos, pero parece que la mayoría de nosotros salimos a pasear y admiramos las escenas salvajes de terror progresivo o los momentos humorísticos de brujas aplastadas. Esta tontería parece disipar la polémica que se espesa en el aire. Nos recuerda que somos un barrio y tenemos muchas cosas en común. Uno de ellos es que hacemos Halloween a lo grande y la gente viene a ver el espectáculo salvaje y feliz.

Este parece ser un momento de recuperación después de la división política, aunque es antes de las elecciones. Todavía hay carteles con Biden o Trump pegados en los patios, pero son más pequeños y no tan ruidosos en comparación con la explosión de la alegría de las decoraciones de Halloween. Parte de la universalidad de Halloween y algunas de sus celebraciones hermanas, como el Día de Muertos más latino, es el reconocimiento de la mortalidad del cuerpo. Ninguno de nosotros tiene un cuerpo que sea útil para siempre. Somos la raza humana, la Familia del Hombre. Este es un hermoso concepto. Conduce a una mayor comprensión, comenzando cerca de casa, vecindario por vecindario. Lo que tenemos en común es más profundo y antiguo que lo que nos divide. En todo el mundo, y de muchas tradiciones, hay expresiones de cómo podríamos o deberíamos tratarnos unos a otros. Esta expresión de la regla de oro es de El camino a la felicidad de L. Ronald Hubbard, "Intenta tratar a los demás como le gustaría que le trataran". www.elcaminoalafelicidad.mx @waytohappinesstampa