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John Jairo Velázquez Vázquez, alias Popeye, uno de los jefes de sicarios del capo Pablo Escobar recibió la libertad condicional esta semana tras cumplir 22 años preso por el asesinato en 1989 del político colombiano Luis Carlos Galán, informó a la AFP una fuente judicial.
"El juez ordenó hacia las 17H00 horas (22H00 GMT) del viernes la libertad condicional. Entonces la Fiscalía hizo una búsqueda preliminar para determinar si Velázquez tiene otro proceso pendiente en Colombia, que le impida salir en libertad, pero no encontró nada", dijo este domingo un funcionario, que prefirió no ser identificado.
Luis Carlos Galán, un carismático político liberal favorito para ganar las elecciones de 1990, fue abatido el 18 de agosto de 1989 en un mitín en Soacha, en las afueras de Bogotá, tras pasar meses en la mira de los cárteles del narcotráfico y sufrir numerosas amenazas.
Hasta ahora, por su muerte fueron condenados Velázquez y el exsenador liberal y exministro de justicia Alberto Santofimio.
Según el funcionario judicial consultado por la AFP, alias Popeye podría salir de prisión el lunes tras cumplir su pena de cárcel, aunque aún debe pagar una multa cercana a los 4.500 dólares para recuperar su libertad.
Sin embargo, señaló desde la Fiscalía se está efectuando una búsqueda en todos los juzgados de Colombia para determinar si tiene algún proceso pendiente que le impida recuperar la libertad.
"El viernes estuvieron buscando pero no encontraron nada pero la búsqueda sigue, pero es un poco complicado porque el juez lo sacó a las 17H00 horas cuando ya todos se habían ido", explicó el funcionario.
La decisión tomada por un juez Primero de Ejecución de Penas de Tunja (Boyacá, este) generó polémica entre las víctimas de alias Popeye. Por un lado la familia de Galán afirmó que el sicario ya cumplió la pena impuesta por la justicia, y además destacó que Velázquez colaboró con la justicia para esclarecer otros crímenes.
"Ha aportado a la verdad en estos años. Contribuyó a la condena de Santofimio con sus declaraciones. Nunca será suficiente lo que paguen de cárcel las personas como alias Popeye, pero si la norma colombiana establece que después de pagar algo de la pena y estudiar tendrá derecho a esto, pues no nos podemos oponer", dijo a Radio Caracol el sábado el senador Carlos Galán, uno de los hijos del político asesinado.
Otras voces se expresaron en desacuerdo, como el director de la Fundación Colombia con Memoria, Federico Arellano, cuyo padre murió al explotar una bomba en un avión de Avianca en 1989, en un ataque del desaparecido Cartel de Medellín, que dejó un centenar de muertos.
"Desde el punto de vista de las víctimas lo vemos aún con mayor recelo. Llevamos en el caso más de 25 años en donde no hemos tenido respuesta. Son 25 años de vergonzosa impunidad", dijo a la cadena radial Arellano.
Popeye, que confesó cerca de 300 asesinatos, entre ellos 35 policías, narcotraficantes y decenas de civiles, se entregó en 1992 poco antes que lo hiciera su jefe, pero decidió permanecer en la cárcel meses después cuando Escobar huyó.