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Emprender en sí es complicado, pero, iniciar un negocio de la mano de familiares o amigos muy cercanos puede poner fin a un proyecto mucho antes de empezar
Iniciar con un emprendimiento en vistas al futuro no es un tema fácil pero tampoco imposible, todos conocemos historias de personas que iniciaron su propio negocio y hoy, han logrado no solo el éxito sino también, un crecimiento importante en sus proyectos.
Cuando escuchamos la historia de esos emprendedores y empresarios exitosos la charla suele dirigirse sobre cada conquista, logro o jugada bien realizada y que, a la larga, llevo al crecimiento y éxito de su emprendimiento pero, no todo es “miel sobre hojuelas”, estas figuras exitosas también se enfrentaron a distintos retos desde económicos, al no poder acceder a alguno de los préstamos para pymes como administrativos, al no tener la experiencia y los recursos para gestionar el proyecto.
Nuestra intención es contarte un poco más de una de las dificultades más comunes en el mundo del emprendimiento, nos referimos precisamente a las sociedades o empresas familiares que, aunque “no parecen”, suelen ser las empresas con el mayor índice de fracaso en el sector.
Pero “si la familia es sagrada” ¿porque un negocio constituido con un tío, primo o hermano puede quedar en la quiebra? Pues bien, a continuación, te compartimos tres factores que pueden llevar a una Pyme al cierre definitivo
Mala Comunicación
Como sabemos, en cualquier relación, incluidas las laborales, la comunicación es determinante para una buena comprensión y funcionamiento de la empresa desafortunadamente, las personas no solemos tener este don y esa falta de comunicación se agrava cuando la relación integra familiares.
La explicación es simple, son pocas las personas que suelen ser directas y expresar su opinión o desapruebo de acciones, pero, cuando esa opinión se debe expresar a un familiar surge la condicionante del “cariño” que sentimos por esa persona así como la falta de confianza por una falsa creencia de que podríamos “herir sus sentimientos”.
Aunque un familiar desapruebe la decisión de otro que esta “al mando” en el negocio, suele guardar su opinión y a cambio, da un “apoyo incondicional” a la decisión tomada como una muestra de cariño y respeto. “No estoy de a cuerdo, pero apoyo a tu tío”, “no pensamos igual, pero confío en tu primo” son algunas de las frases más comunes dentro de una empresa familiar.
Esta acción lejos de ayudar afecta al negocio pues nos estamos perdiendo la posibilidad de debatir, intercambiar puntos de vista y llegar a un consenso donde se antepongan los intereses de la empresa sin importar nada más.
Si estas por arrancar un negocio con un familiar o amigo cercano revisa estos tips para evitar poner fin a tu proyecto antes de iniciar
Recursos Financieros
Uno de los problemas que enfrentan todos los negocios en alguna etapa de su apertura o crecimiento es la falta de recursos o capital, según la forma en la que se haya constituido dicha empresa la inversión inicial puede estar constituida de diferentes formas.
Aportaciones en partes iguales o proporcionales por cada miembro de la familia, ser el producto de una herencia, venta de bienes o incluso, ser un prestamo personal o empresarial otorgado a uno o varios miembros de la familia. El capital según sea el caso, representa el segundo motivo de disputa en las empresas familiares pues se suele dar el control de las operaciones a la persona con mayor participación financiera, algo que de entrada, no es lo mas recomendable para el negocio pues el “socio mayoritario” no siempre tiene el conocimiento, la experiencia, ni las habilidades que se requieren para el puesto “directivo”.
No siempre el familiar con mayor aportación económica cuenta con la preparación para dirigir el proyecto por lo que a la larga, termina cometiendo errores involuntarios que derivan en bajas para el negocio, peleas, desacuerdos y rupturas internas entre los familiares asociados.
Lucha de Poder:
Los distintos montos de inversión por cada socio, las malas decisiones directivas, el desacuerdo familiar y la falta de comunicación suele llevar al punto mas alto del conflicto, en donde no solo se deja de velar por los intereses de la empresa, sino que, se comienzan a tomar decisiones aisladas e independientes que no suelen terminar bien. Al actuar de forma independiente y dar sus propias indicaciones cada socio termina por afectar el ambiente de trabajo, no solo entre inversionistas, sino aun mas grave entre los distintos colaboradores que terminan recibiendo mensajes contradictorios, lo que afecta su rendimiento además, de quedar entre “la espada y la pared” por el desacuerdo gerencial.
Esta etapa del conflicto es justamente la lucha de poder en donde los socios, pese a ser familia, comienzan a aliarse para buscar controlar la operación o reducir “la voz y el voto” de los inversionistas mayoritarios actuando bajo intereses personales y dejando completamente de lado el bien común y empresarial.
Siempre será mejor asociarse con personas fuera de la familia, solicitar un préstamo a través de un simulador de crédito o bien, recurrir a una incubadora de proyectos antes que terminar con una relación familiar a causa de los negocios.
Finalmente, es importante aclarar que una empresa familiar no esta necesariamente condenada al fracaso, sin duda existen varias excepciones, pero lo que es una realidad, es que hacer negocios entre familiares es un tema delicado, que requiere compromiso, trabajo, comunicación y acuerdos constantes basados exclusivamente en el beneficio empresarial.