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Mi hijo no aprende a leer es un articulo de: Su Hijo
La capacidad de leer es la clave de todos los tipos de aprendizaje así como una fuente de información y de placer. Cuando un niño tiene una edad de lectura de aproximadamente nueve años (¡esto no debe ser tomado literalmente!) lo único que puede hacer es eso: utilizar la lectura para obtener información y satisfacción. Al margen del tipo de método que se utilice para enseñar a leer (y las escuelas varían en esto) cada uno de los niños progresa a una velocidad diferente; algunos experimentan serias dificultades.
Los padres se preocupan a menudo por la lectura, pero verdaderamente existen muchas causas para las dificultades. Se deben tener en cuenta los siguientes puntos:
La lectura no es solamente la capacidad de reaccionar ante la letra impresa, es decir, la capacidad de traducir símbolos de una página impresa a sonidos reconocibles del habla. Un niño está leyendo de verdad sólo cuando comprende lo que lee. Algunos niños son capaces de ver todas las letras de una palabra, pero no saben deducir ningún sentido, de igual manera que el diagrama de un circuito eléctrico es un embrollo sin sentido para un profano pero tiene sentido para un electricista cualificado. Pueden existir también problemas de sonido y en la tarea de acoplar la palabra hablada a la escrita.
DislexiaAunque no todos los especialistas están de acuerdo en su existencia, el término dislexia del desarrollo se usa muy a menudo para describir este tipo de dilema, especialmente cuando todas las posibilidades causales ofrecidas anteriormente son eliminadas durante la evaluación del psicólogo. Queda una anormalidad que algunos científicos piensan que es hereditaria. Se mantiene que algunos niños tienen problemas leyendo y deletreando porque han nacido así, algo parecido a la idea de que hay gente que no tiene oído para la música. (Un tanto por ciento significativo de disléxicos son zurdos.)
La verdad es que parece haber una historia de deficiencia en la lectura en familias de los niños catalogados como disléxicos. Puesto que la parte esencial del trabajo de lectura se desarrolla en el cerebro y no en los ojos, y de hecho incluso los ciegos pueden leer gracias al alfabeto braille, los médicos dan por hecho que las causas físicas de la dislexia deben estar relacionadas con la anormalidad en el desarrollo del cerebro. Algunos científicos sugieren que esta anormalidad puede originarse en el primer medio del niño, es decir, el útero, ya que en este momento es cuando el cerebro es más susceptible a su medio. El cerebro del feto puede también estar sometido a la influencia de factores hormonales o de otro tipo.
El primer dato que hacer sospechar a un psicólogo de que un niño es disléxico es su extraña forma de deletrear, tan extraña que parece una lengua extranjera. Por ejemplo, la frase El niño tiene un perro podría aparecer escrita como: El rob ton un nip.
Los Niños disléxicos suelen confundir las letras que se parecen en la forma y escriben b por d o w por m. Esta inversión de las letras es una falta normal en los niños pequeños y no debe preocuparnos hasta la edad de siete años más o menos, pero si continúa puede ser, en ocasiones aisladas, la señal de problemas graves.
Si el niño presenta entonces serias dificultades con la lectura, lo adecuado es que los padres busquen el consejo profesional de un psicólogo. Puede estar seguro de que su hijo no es el único con problemas de lectura; alrededor del diez por ciento de los niños de once años están en cierta medida retrasados en el desarrollo de la lectura, aunque por supuesto no todo el diez por ciento es disléxico. (Existe la tentación de etiquetar a los lectores deficientes con este término de diagnóstico tan a la moda. Si se usa con demasiada facilidad puede llevar sin embargo a pensamientos muy pesimistas: No se puede hacer nada...Es un defecto del cerebro. ¡Cuidado, los expertos pueden ayudar!) Usted puede serle de gran ayuda al niño con dificultades de lectura, pero oiga los consejos de la escuela sobre la manera más apropiada de hacerlo. No querrá, inconscientemente, agravar su confusión. Tranquiliza saber que muchos disléxicos han vencido el obstáculo y han tenido éxito en sus esfuerzos.
Fuente: Martin Herbert | Los problemas de los niños