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¿Cuál situación ha sido más nefasta para Honduras: el paso del huracán Mitch o la actual crisis económica que está golpeando con fuerza a su empobrecida población? El presidente Zelaya tiene la palabra...
TEGUCIGALPA, Honduras-Es posible que algún economista hondureño haya pensado en esa comparación un tanto exagerada entre el desastre causado por el fenómeno Mitch y la crisis que está golpeando actualmente a uno de los tres países más pobres de América Central, como lo es Honduras. La analogía es válida en el sentido de que ambas situaciones causaron desastres en esta nación que no puede darse el lujo de soportar esa clase de embates atmosféricos y financieros.
Por supuesto que la población llana, la que sale todos los días a luchar en las calles por el sustento de su familia, está sumamente preocupada, se les ve en sus rostros y se les escucha en sus conversaciones; para ellos, la crisis económica mundial viene a ser algo parecido a bajar del suelo donde han estado casi todas sus vidas por la pobreza histórica y generacional del país, y llegar hasta “el sótano”; es un golpe monetario que sentirán más duro a medida que transcurran los meses. Los economistas, los famosos tecnócratas que abundan en América Latina y que nunca han resuelto nada, han puesto sobre la mesa de discusiones su dialéctica sobre el asunto. Así, la ex presidenta del Banco Central de Honduras (BCH), Gabriela Núñez, recomendó al gobierno tomar las medidas internas en materia de política financiera, para mitigar los efectos de la crisis que se avecina. Así también indicó al Gabinete actual crear políticas de empleo que flexibilicen el mercado laboral y permita a las personas el acceso a trabajos dignos. “Tiene que ver no sólo con las medidas internas que se puedan tomar para mitigar los efectos de la economía familiar, como en los grupos más vulnerables; pero también es importante mantener una coordinación en las políticas monetarias fiscales.” Dijo la ex funcionaria. En relación a la confrontación entre los empresarios y el gobierno (precisamente por las políticas izquierdistas que profesa y practica el presidente Manuel Zelaya), Gabriela Núñez señaló: “no es saludable, porque eso aleja las posibilidades de tener un consenso y debería haber una armonía sana entre todos los sectores para el bien de los hondureños y del país.”
Otra opinión valiosa al respecto, la emitió Karen Zelaya, ministra de Cooperación Internacional, quien manifestó que la crisis monetaria mundial que afecta a la mayoría de las naciones cooperantes, podría tener su impacto en la disminución del 10 por ciento en la ayuda no reembolsable que anualmente recibe Honduras. A ello hay que agregarle el clima de desconfianza que ha creado el presidente de la República, especialmente en los Estados Unidos y en algunos gobiernos de la Unión Europea, debido a sus inclinaciones decididamente comunistas. “Está confrontado con las democracias y eso a Europa no le gusta ni le satisface”, dijo el periodista francés Jacques Le Beau. Retornando a la ministra Karen Zelaya, añadió que “la cooperación no ha parado; pero en la medida que las finanzas de los países que nos ayuden se vean afectadas, lógicamente tendrán menos disponibilidad de recursos para ayudarnos a nosotros.” Puso un punto final a su disertación diciendo que el escenario más óptimo para Honduras, es mantener el mismo nivel de cooperación del año pasado y, en el peor de los casos, esperar una disminución del 10 por ciento de la asistencia financiera. El año pasado, esta nación centroamericana recibió una cooperación técnica y financiera no reembolsable de, aproximadamente, US$ 160 millones, que se invirtieron en proyectos de desarrollo comunal en todo el territorio hondureño.
Pero lo más llamativo en torno a este caso y, ante la preocupación que aparece en todos los sectores de la vida nacional, el ALBA de Hugo Chávez no ha ofrecido ayuda en ningún aspecto… ni ha opinado nada siquiera.