La mayoría de las personas cuando obtienen una superación personal, alcanzan una nueva meta, o son ascendidos a un mejor cargo tienden a cambiar en su forma de ser, se convierten en el jefe y no en el líder. Esto pasa con mucha frecuencia en muchas organizaciones y tiende a crear un clima en muchas ocasiones molestoso. Vale la pena recordar que no es lo mismo un jefe que un líder, existen grandes diferencias entre ambos que marcan significativamente una diferente definición de ambos roles. Por ejemplo;

-El jefe se encarga de dirigir la organización, mientras que el líder guía a su equipo.

-El jefe tiene y muestra su autoridad, (a veces abusando de ella), mientras que el líder necesita y genera confianza a su equipo.

-El jefe inspira y busca respeto (que es fundamental y muy bueno), mientras que el líder genera entusiasmo.

-El jefe busca responsable a los problemas, mientras que el líder busca soluciones a dichos problemas.

-El jefe da órdenes (muchas veces de la peor manera), mientras que el líder pide ayuda.

-El jefe muestra el camino y les indica a sus súbditos que tomen ese camino, mientras que el líder recorre el camino con su equipo.

Cabe aclarar que no hay jefes malos ni lideres malos, diferentes si pero no malos. No se trata de que un jefe sea bueno o malo, o que un líder sea bueno o malo, se trata que dentro de una organización o un equipo exista un ambiente de respeto, de paz, de confianza, lamentablemente en la actualidad eso poco ocurre. Muchas veces se confunde el significado entre jefe y líder, no son sinónimos, son muchas las actitudes y cualidades que dejan ver una gran diferencia entre los dos perfiles. Según algunos autores y en diferentes artículos concuerdan que dentro de una organización o empresa la productividad es más positiva cuando es dirigida por un líder y no por un jefe, ya que los empleados o el equipo de trabajo actúan mejor ante la inspiración de la visión de un líder y no ante las órdenes de un jefe.

La humildad es fundamental y una base muy importante a la hora del liderazgo ante cualquier organización o equipo de personas, un líder puede ser humilde pero eficaz y eficiente en el cumplimiento de su rol, marcando así un antes y un después. Lamentablemente y vale la pena resaltarlo, en la actualidad y ante la tanta competencia la sociedad apoya más la arrogancia y la presunción siempre y cuando esto genere beneficios e interés propios y comunes. Por eso en este artículo te invitamos a que seas más un líder y no un jefe y que lideres con humildad y no con autoridad.