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Esta infección respiratoria es causada por un virus que pasa de los bronquios a los pulmones. Aparece en primera instancia con una infección gripal o una bronquitis que, luego de pasados unos días y si se observa que la temperatura continúa alta, aparece fatiga notoria, empeora el estado general, movimiento de las aletas nasales y los labios se tornan de color rojo oscuro, estamos seguramente ante una neumonía. Si bien es una afección de cuidado y que produce alarma en los padres, cabe destacar que su evolución no se presenta riesgosa salvo en lactantes o niños débiles. El tratamiento puede requerir internación, según lo prescriba el pediatra o médico que atienda al niño.
Prevención de la neumoníaLa mejor prevención que pueden adoptar los padres ante cualquier trastorno del tipo respiratorio, es principalmente la de protegerlos adecuadamente contra los cambios de temperatura pero sobre todo, del frío. Los pequeños cuidados en el día a día son importantes ya que por ejemplo, una corriente de aire en el baño o el cuarto, puede ser suficiente para desencadenar el problema. Ciertos consejos básicos que se pueden brindar son:
La mayoría de los casos de neumonía viral son leves y mejoran sin necesidad de tratamiento en un período que va de una a tres semanas, pero en algunos casos son más graves y necesitan hospitalización.
Las infecciones más serias pueden ocasionar insuficiencia respiratoria, hepática y cardíacas; son infecciones bacterianas y ocurren durante o después de la neumonía viral y por supuesto, conduce a formas más complicadas de neumonía.
Ante cualquier sospecha de neumonía o bien una gripe que no termina nunca de curarse, lo más conveniente es recurrir a un médico quien va a ser el que determinará si está presente o no, esta infección respiratoria.
Gabriela Nari | Editora de Suhijo.com